En dependencias del Centro de Creación Artística (Cecrea) de La Ligua, el pasado 14 de marzo se llevó a cabo una sencilla pero significativa ceremonia de entrega de credenciales a dulceros y dulceras de la comuna, quienes mantienen viva una de las tradiciones más importantes de la zona, la cual es parte del Registro de Patrimonio Inmaterial de Chile, a cargo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
En la actividad de reconocimiento, participó el Delegado Presidencial Provincial de Petorca, Luis Soto; la Directora Regional (s) de Patrimonio, Paulina Bravo; el alcalde de La Ligua, Patricio Pallares; además de hombres y mujeres que durante años se han dedicado a mantener con vida este tradicional oficio.
La credencial entregada cuenta con un código QR con completa información de los dulceros, permitirá diferenciarlos de otros comerciantes.
Desde 2019 la “Tradición de los dulces de La Ligua” es parte del Registro, a través del cual se busca salvaguardar la técnica ancestral de fabricación y la característica vestimenta para transmitirla a las generaciones venideras. Desde 2015 la institución trabaja estrechamente en medidas y acciones concretas de protección y puesta en valor de este tradicional saber, cuyos orígenes se remontan al Siglo XVII.
La función del Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial consiste en que el Estado de Chile reconozca el valor de tradiciones, costumbres, prácticas y saberes de personas que habitan los diversos territorios de nuestro país. Además de la Tradición de los dulces de La Ligua, este registro incluye otras expresiones locales como: Kai Kai de Rapa Nui, organilleros y chinchineros, música bohemia tradicional de Valparaíso, canto a lo poeta y bailes chinos.
La tradición de los dulces de La Ligua tiene su origen en el siglo XVII, siendo la época de auge en el siglo XIX, cuando con la llegada del tren los vendedores subían a los carros en la estación de La Ligua a ofrecer sus productores. Posteriormente, la venta se trasladó a los buses, apostándose más tarde en la Ruta 5 Norte.
En 2014 el entonces Consejo de la Cultura financió una investigación sobre esta tradición que fue reconocida por ser una técnica tradicional artesanal, ya que la forma de fabricación es parte de las recetas tradicionales de esta localidad, la que ha sido traspasada de generación en generación; y se reconoce también la forma de vender los productos, con canastos y vestimenta típica.